Había como 70 científicos trabajando en un intenso proyecto. Todos estaban realmente frustrados debido a la presión del trabajo y las demandas de su jefe, pero todos se mantenían leales a su jefe y no pensaron en abandonar sus trabajos.
Un día, un científico se acercó al jefe y le dijo: "Señor, le prometí a mis hijos que los llevaría a la exhibición en el pueblo así que quiero salir a las 5:30 PM". Su jefe contestó: "Está bien, puedes irte temprano hoy".
El científico comenzó a trabajar. Continuó trabajando después de almuerzo. Como siempre, se involucró tanto que sólo miró su reloj cuando sintió que estaba cerca de terminar. La hora fue 8:30 PM. De repente recordó la promesa hecha a sus hijos.
Buscó a su jefe pero no estaba por allí. Habiéndole notificado en la mañana, cerró todo y se fue para su casa. En lo profundo de su ser se sentía culpable de hacerle fallado a sus hijos. Llegó a casa y sus hijos no estaban.
Su esposa estaba sentada en el pasillo leyendo revistas. La situación era explosiva; cualquier conversación podría tener un efecto boomerang. Su esposa le preguntó: "